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Festividad de Nuestra Señora del Rosario.

Nos encomendamos a María Santísima de las Angustias para que, por su Divina intercesión, nos lleve a Dios en la Vera-Cruz y proteja al mundo de esta pandemia: que el Espíritu Santo inunde cada oquedad de nuestro ser en este tiempo de incertidumbre.

En el día de hoy, 7 de octubre, en víspera del XLIX Aniversario, recordamos la Coronación de Nuestra Madre Bendita de las Angustias, por aquel ya lejano 10 de octubre de 1971, de manos del Eminentísimo y Reverendísimo Señor Don José María Bueno Monreal, Cardenal-Arzobispo de Sevilla: un hecho que cambió para siempre el devenir de la vida religiosa y social de este milenario pueblo de Alcalá del Río, así como supuso un nuevo rumbo la bendición de la obra social, la Residencia Virgen de las Angustias, aquel octubre de 1996 en el transcurso de la proclamación Canónica de aquella Coronación, con número de protocolo 1138/96.

Así, los Cultos de la Coronación comenzaron el jueves, 7 de octubre, primer jueves de mes, a las 7 de la mañana, cuando nuestros Titulares salían en Rosario hacia la Iglesia Parroquial, para celebrar los cultos programados: Triduo, Besamanos, Coronación y Subida extraordinaria. De la misma forma que en la procesión de madrugada de mayo. Aún se recuerda la cantidad de hermanos, fieles y devotos que acudieron a este Rosario cantado: algunos incluso lo hicieron a pie desde los poblados vecinos para no dejar de presenciar algo de tan magnitud, insólito. En esta ocasión, la Virgen lucía su indumentaria de hebrea y estrenaba para esta ocasión el Rosario de ágatas verdes.

Causó tal impacto la Virgen así ataviada que en la estampa recordatoria del Besapiés y Besamanos celebrado el 9 de octubre de 1971, se nos mostraban dos fotografías pertenecientes a primer reportaje de Fernand, en las que aparece el Stmo. Cristo con el velo que cada Jueves Santo pende de la antigua crestería que soporta el madero santo y la Stma. Virgen con su indumentaria de hebrea, tal y como fue trasladada a la Parroquia en aquel recordado Rosario de la Aurora que nos trae, la mañana del 7 de octubre. Una vez concluido el traslado y celebración de la Santa Misa en la parroquia, tuvo lugar una gran chocolatada en la plaza del Calvario, organizada por los propios hermanos y hermanas.