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FORMACIÓN | ADVIENTO

Comienza el tiempo de Adviento. Por ello, nuestra Diputación de Formación y Juventud ha preparado esta dinámica de iniciativas para preparar nuestro espíritu. #YoDigoSí

El tiempo de Adviento comienza marcando el inicio del calendario cristiano, siendo cuatro semanas de expectación piadosa y alegre anunciando la venida del hijo de Dios a los hombres.

La corona de cuatro cirios marcará los cuatro domingos llamados de “Adviento” cuyas cuatro luces se encenderán progresivamente, domingo tras domingo, hasta la solemnidad de la Navidad, es memoria de las diversas  etapas de la historia de la salvación antes de Cristo y símbolo de la luz profética que iba iluminando la noche de la espera hasta el amanecer del Sol de la Justicia.

Este año 2020 comienza el domingo 29 de noviembre, y se prolonga hasta el 20 de diciembre. Podemos distinguir dos periodos:

  • En el primero de ellos, aparece con mayor relieve el aspecto escatológico y se nos orienta hacia la espera de la venida gloriosa de Cristo. Las lecturas de la misa invitan a vivir la esperanza en la venida del Señor en todos sus aspectos: su venida al final de los tiempos, su venida ahora, cada día, y su venida hace dos mil años.
  • En el segundo periodo se orienta más directamente a la preparación de la Navidad. Se nos invita a vivir con más alegría, porque estamos cerca del cumplimiento de lo que Dios había prometido. Los evangelios de estos días nos preparan ya directamente para el nacimiento de Jesús.

En orden a hacer sensible esta doble preparación de espera, la liturgia suprime durante el Adviento una serie de elementos festivos. De esta forma, en la misa ya no rezamos el Gloria, se reduce la música con instrumentos, los adornos festivos, las vestiduras son de color morado, el decorado de la Iglesia es más sobrio, etc. Todo esto es una manera de expresar tangiblemente que, mientras dura nuestro peregrinar, nos falta algo para que nuestro gozo sea completo. Y es que quien espera es porque le falta algo. Cuando el Señor se haga presente en medio de su pueblo, habrá llegado la Iglesia a su fiesta completa, significada por solemnidad de la fiesta de la Navidad.

Tenemos cuatro semanas en las que domingo a domingo nos vamos preparando para la venida del Señor. La primera de las semanas de Adviento está centrada en la venida del Señor al final de los tiempos. La liturgia nos invita a estar en vela, manteniendo una especial actitud de conversión. La segunda semana nos invita, por medio del Bautista a «preparar los caminos del Señor»; esto es, a mantener una actitud de permanente conversión. Jesús sigue llamándonos, pues la conversión es un camino que se recorre durante toda la vida. La tercera semana preanuncia ya la alegría mesiánica, pues ya está cada vez más cerca el día de la venida del Señor. Finalmente, la cuarta semana ya nos habla del advenimiento del Hijo de Dios al mundo. María es figura central, y su espera es el modelo: estímulo de nuestra espera.

Así os ofrecemos una dinámica para trabajar el Adviento desde nuestras redes sociales que comienza mañana, primer domingo de Adviento.

Un "sí" que cambió la historia...

Algunas veces, un "sí" puede cambiar muchas cosas. Pero hay un "sí" que cambió toda la historia... la nuestra.

Dios, nuestro Dios, es un Dios apasionado. Nada hacía prever, en la historia de Israel, que fuera a dar un vuelco a su modo de hacerse presente en medio de su pueblo. Pero, sorprendentemente, dio un paso que ni los profetas habían contemplado, aunque sí intuido, pero no de modo tan radical. La Encarnación, el Dios que se vuelca en la humanidad a través de su Hijo Jesús, es el SÍ sin medidas del Dios Ternura: con este "sí" cambió el mundo...

Dios mueve nuestra vida a decir "sí"...

Lo hizo con María, tal vez llena de miedo, temblorosa, acobardada por lo que venía... Pero Ella abre la puerta a la esperanza pronunciando su "aquí estoy", su "sí" a Dios. Es, por así decirlo, el momento en el que se encuentra el "sí" de Dios con el "sí" de toda la humanidad en la Madre, en María.

Ella, como tantos otros después, descubrieron la fuerza que se encuentra en esa sencilla palabra: la fuerza de todo un Dios entrando en el mundo a través de nuestra disponibilidad. Con Él, no hay temor. Con Él, es posible lo imposible. ¿Y tú, dices sí?

#YoDigoSí.

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