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#REZOENFAMILIA | Lunes Santo.

Hoy nos hemos unido a la querida Hermandad de la Santísima Vera- Cruz, de Sevilla en la programación que emite hoy, Lunes Santo. “Es el momento de encontrarnos con Cristo, con su Bendita Madre, y con todos los hermanos".

La Confraternidad de Hermandades y Cofradías de la Vera-Cruz toma parte en la estación de penitencia del Lunes Santo, con representaciones de las Hermandades tras el paso del Cristo de la Vera-Cruz, entre las que se encuentra nuestra Hermandad ininterrumpidamente.

Hoy, por tanto, nos hemos unido en oración a la Muy Antigua, Siempre Ilustre, Venerable, Pontificia, Real, Fervorosa, Humilde y Seráfica Hermandad y Archicofradía de Nazarenos de la Santísima Vera Cruz, Sangre de Ntro. Señor Jesucristo y Tristezas de María Santísima, pues, en palabras de su Hermano Mayor, "para todos y cada uno de nosotros supone el momento de encontrarnos con Cristo, con su Bendita Madre, y con todos los hermanos".

Junto a nuestros hermanos que pertenecen a la querida Hermandad de la Santísima Vera-Cruz, de Sevilla, participamos en la Santa Misa de Nazarenos, presidida por el Director Espiritual Rvdo. Carlos Coloma Ruiz desde la Capilla del Dulce Nombre de Jesús. A continuación, tuvo lugar el ejercicio piadoso del Vía Crucis al Santísimo Cristo de la Vera-Cruz.

Así, hoy el rezo del día para orar junto a nuestra familia, es una oración propia de la Hermandad de la Vera-Cruz de Sevilla, al Santísimo Cristo de la Vera-Cruz. 

 

Oración al Stmo. Cristo de la Vera-Cruz.

¡Señor y Dios Nuestro! Los que humilde y fervorosamente veneramos tu imagen bendita y secular en la advocación de la Santísima Vera-Cruz, queremos hoy meditar el profundo Misterio de ese Árbol Sacrosanto, faro de la humanidad zozobrante, al que voluntariamente te abrazaste para salvamos del pecado y damos ejemplo de vida.

Tu cuerpo exánime, Señor, nos llena el corazón de piedad al considerar tu excelso sacrificio por nosotros, que no lo merecemos.

Tus llagas, abiertas por el hierro de nuestra maldad, nos suscitan el horror del pecado y nos impelen a penetrar por ellas hasta tu Divino Corazón, fuente inagotable de Verdadero amor.

Sea tu Sangre Preciosa, derramada sobre esa Vera-Cruz, bálsamo de las heridas de nuestras almas, alimento perenne de nuestra piedad y fortaleza de nuestra voluntad por el cumplimiento de tus mandatos de amor.

¡Cristo de la Vera-Cruz! Tus brazos abiertos acojan a esta Hermandad tuya en más profundo de tu amantísimo Corazón, para que viva, en Ti y para Ti, en unión de verdaderos hermanos.

¡Bendícenos desde tu Cruz, a la que veneramos con todo nuestro fervor y humanidad!

Bendice a tu Santa Iglesia, a nuestro Santo Padre, el Papa; a nuestro Prelado; a nuestro Párroco.

Te rogamos, Señor, defiendas a nuestras familias y a todos cuantos con nosotros te veneran crucificado y muerto. Salva y bendice a nuestros amigos y enemigos y a todos los hombres.

Entregados a Tí, Cristo de la Veracruz durante todas las horas de nuestra vida temporal, haz que esperemos confiados el instante final de ella para gozarte en eterna bienaventuranza.

Así sea.

(Autor: Juan Collantes de Terán)

(Foto: Ntro. Hno Andrés Manuel Alfonso Quiles)