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#RezoEnFamilia I Oración y Rosario en Fátima

En esta sección, creada para orar cada día junto a nuestros familiares, rogamos a María Santísima de las Angustias Coronada para que interceda por nosotros ante Dios. Asimismo, la Hermandad participa en las acciones de la comunidad parroquial.

Además de este rezo diario que compartimos con nuestros hermanos, fieles y devotos, en la tarde de ayer nos unimos a nuestra Parroquia en las iniciativas y actividades que plantean en su página oficial de Facebook, concretamente, el rezo del Padrenuestro al que nos invitó el Papa Francisco, a las 12:00 h, y la adoración y bendición Urbi et Orbi del papa desde Roma a las 18:00 h.  También nos unimos el rezo del Santo Rosario y consagración al Inmaculado Corazón de María, que también tuvo lugar ayer miércoles día 25 de marzo, Solemnidad de la Anunciación del Señor, en Fátima a las 19.30 h. por las víctimas del coronavirus, sus familiares, personal sanitario, etc. El acto estará presidido por el obispo de Fátima, Card. António dos Santos Marto, vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Portugal. Al finalizar el rezo del santo Rosario, el Cardenal obispo de Fátima realizó la consagración de toda la península Ibérica, España y Portugal, y sus respectivas islas al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, a la que se tiene una devoción arraigada en tantas diócesis.

La oración que compartimos con nuestros hermanos fue:

Madre de las Angustias, a tus pies nos plantamos llenos de tristeza, miedo e incertidumbre.

De repente, nos hemos vuelto tan pequeños e insignificantes, todo se ha vuelto del revés, Madre Nuestra.

El valor de la compañía, de la visita a nuestros padres, el valor del encuentro con los amigos, con los hermanos, el valor de un paseo, de un abrazo y un beso, el valor de un Rosario ante Tu mirada. Todo tiene más valor Madre Nuestra, todo ha alcanzado un valor incalculable.

Ahora nos sentimos más vulnerables que nunca, más débiles, ahora necesitamos más que nunca de tu protección singular.

Protégenos, Madre, y si no, danos siempre Tu amor, que con él seremos felices en la vida y en la eternidad.

Amén.