Durante siglos, la devoción crucera se ha heredado, transmitido, vivido, escrito, orado, soñado, cantado, llorado…; pero nunca se ha perdido en el tiempo, nunca se ha desvanecido, pues es incombustible, inagotable, eterna, inmortal. Nuestros Amantísimos Titulares han sido objeto de los más bellos versos y de las palabras más emotivas; todas ellas insuficientes para describir lo que su mera contemplación representa.

He aquí una breve recopilación:

D. Marcos García Merchante (1755)

Seguíale después de esta Srª
aquel divino Stº Simulacro
de Cristo Ntrº bien, que por nosotros
y para redimirnos del pecado
quiso morir ignominiosamente
en la Cruz; dulce bello, hermoso árbol
que a sus penas, fatigas y dolores,
fue el más apetecido lecho amado
descanso para Cristo en sus fatigas
y para el hombre escudo fuerte y Santo
por cuya causa tiene este Señor
de Vera-Cruz el título adorado…

-

Yba después la Virgen de las Angustias
en su hermoso espacioso bello paso,
con su palio de rico terciopelo,
cuyas cuatro fachadas adornaron
de plata de martillo cinceladas
letras en proporción, y buen tamaño
que del Stabat Mater dolorosa
los dos primeros versos compendiaron…
 

N. H. Doña Josefa Sánchez (1ª mitad s. XX)

Eres estrella de Oriente,
aurora de la mañana,
rosa de la primavera
y azucena delicada

 

D. Miguel García Posadas (1954)

¡Ay Virgen de las Angustias!
¿Qué tienen tus ojos negros?

La luna pintó de plata
calles y casas del pueblo;
en el aire se vivía
plástica de sentimientos
de cercanos naranjales
y de aromas en los huertos;
ambiente andaluz de raza
local ambiente crucero,
confusión, algarabía,
rumores, charlas, requiebros.

En la puerta de la iglesia
brotó, de pronto, el silencio;
un silencio que crecía
por las callejas adentro;
silencio total del aire,
silencio total del cuerpo;
mudas restaron las casas,
mudos los árboles fueron,
y hasta las aguas del río
se quedaron en suspenso.

Floración de los ciriales,
Las velas de ciento en ciento,
rompieron la oscuridad
al paso del Cristo muerto,
Cristo de la Vera-Cruz,
orgullo de alcalareños;

desde una esquina cortante,

mis ojos pasar te vieron…
Alto el cadáver divino,
en alto de amores tenso;
hombres niños y mujeres
crispan sus manos al fuego
de la votiva candela,

luz emotiva de rezos
ofrenda viva del alma
que saber orar en silencio.

 

¡Ay Virgen de las Angustias!
¿Qué tienen tus ojos negros?
¿Qué dulce encanto transmiten
con sus divinos destellos?

Procesión de madrugada,
Amor de limpios conceptos;
el llanto acudió a los ojos
y en el corazón despierto
de encontradas emociones,
un ardiente florilegio.

¡Ay Virgen de las Angustias!
¿Qué tienen tus ojos negros?

Porque después yo te he visto
cruzar las calles muy quedo;
sólo un rumor de pisadas
alteraban el silencio;
me pareció verte andar
como una mujer del pueblo
siendo Tú Reina de las reinas
y la Reina de los cielos.

Y no vi el llanto en tus ojos,
Tu rostro estaba… contento;
alegría del dolor
que el amor guarda en su pecho
- Amigo ¿tú no recuerdas
cuando la estábamos viendo?
Por la Laguna pasaba
la procesión en silencio…
¡La Virgen de las Angustias!...
Angustia de no ser bueno,
angustia de ir en pecado
mirando tus ojos negros.

Quizás lo callen sus labios,
quizás lo guarde en su pecho
como preciada reliquia,
como se guarda un secreto,
pero, ay, Madre de mi alma,
Reina y Señora del Cielo,
si lo callan no es vergüenza,
quizás un remordimiento,
porque el que mira tus ojos
es para siempre crucero.

¡Ay Virgen de las Angustias!
¿Qué tienen tus ojos negros?

 

D. Alfredo Amores Alonso (1940)

…Mujercita de la villa
que vas en la procesión,
elevas el corazón
hacia el Cristo milagroso
de Vera-Cruz, que es el gozo
donde duerme la ilusión.
Y si alguna vez la vida,
da a tu ternura el dolor,
acuérdate con amor
de una Imagen prodigiosa,
más hermosa que las rosas…
Angustias se le llamó.

Saeta de D. Antonio Rodríguez “el Góngora” (mediados s. XX)

Todos los niños preguntan
¿Madre, esta qué Virgen es?
y su madre le contesta:
es la Virgen de las Angustias
la que tienes que querer.

Saeta de D. Manuel Espinosa Acuña “el Goyo” (mediados s. XX)

De rosa, nardo y jazmines
están haciendo una corona
pa ponérsela en la Cruz
a esa divina persona:
el Cristo de la Vera-Cruz.

N. H. Doña María del Carmen de los Santos Bravo (1996)

…Qué no busquen en la historia
el hacedor de tu cara
que Angustias bajó del cielo
en una noche estrellada…

N. H. Doña Ana Mercedes Fernández Romero (2001)

Hay quien de envidiar tu nombre,
no lo pronuncia siquiera,
sin más razón y motivo
que Angustias a gloria suena.
(…)
Envidia te tiene el aire,
envidia te tiene el sol,
envidia te tiene el mundo
y casi hasta el mismo Dios.

D. Rafael de Gabriel García (2006)

…Mira si sabe la Virgen
nuestros caminos andados,
que aunque olvidemos a Dios
Ella nos tiende las manos,
porque al pronunciar Su Nombre
poniendo Amor en los labios
nos viene la Salvación
y el Cielo vamos ganando,
que cuando se dice Angustias
en la Gloria se va entrando…

N. H. D. Manuel Padilla García (2011)

Envuelta en luz purísima de aurora,
Gabriel, como elegida, te visita;
tu voz es, sin porfía, en esa cita
testimonio de fe abrumadora.
Fúlgida luz de magia cegadora
da a tus ojos destellos de otro cielo;
y en tu rostro posa el ángel su dedo
anunciando en el azul de la hora:
“Virgen de las Angustias, Mediadora,
por ventura de Gracia proclamada,
dulce Madre del reino que enamoras,
es tu belleza fuente surtidora
para la Vida que en tu esencia mana;
sagrario de su Sangre Redentora”.

N. H. Doña María del Carmen Hernández Ramos (2012)

Cuando cierre los ojos,
y sólo brilles Tú,
los brazos extendidos,
en Santa y Vera-Cruz.
Al elevar mis alas,
pasada toda luz,
acójame amorosa
Tu Santa y Vera-Cruz.